Blog de la Caravana

Del espacio curvo al cuerpo que habito

Del espacio curvo al cuerpo que habito es la culminación de mi Proyecto Final de la Maestría en Teoría Crítica de 17, Instituto de Estudios Críticos. Este proyecto es parte de una indagación artística que replantea la manera como un espacio es construido, intervenido y habitado a través de una instalación donde cristaliza un devenir femenino. Será inaugurada en el Colegio de San Ildefonso, Ciudad de México, el sábado 3 de agosto, a las 12:00 horas. 

 

La instalación se sostiene sobre tres estructuras de carrizos entrelazados y un espejo de agua, que crean la posibilidad alternativa de un diseño curvo que alude al movimiento corporal de quienes transitan el espacio. La piel de la instalación está compuesta por adobe, una técnica vernácula que impartí en un taller durante el mes de julio en el Colegio de San Ildefonso. Este taller, basado en la participación colectiva, el trabajo físico y los afectos corporales, hizo posible dar vida al espacio que ocupa la exposición en dicho recinto. 

Construir la instalación implicó un diálogo con el entorno, como si la instalación misma fuera un cuerpo vivo. Sin embargo, este cuerpo no tiene un sexo con el que pueda ser identificado, según las categorías de género. Es a través de un proceso artístico colectivo que su identidad se revela en el curso de un devenir femenino. Lo femenino, pues, en tanto históricamente segregado por desafiar las normas impuestas por las relaciones de poder del heteropatriarcado fálico, que funda su razón en la función del Uno.

El proceso de construcción llevado a cabo durante el taller Del espacio curvo al cuerpo que habito ofreció una posibilidad distinta desde la cual construir un espacio en el que lo femenino se va conformando en el común de la experiencia. En este sentido, exploró las capacidades y limitaciones del cuerpo a través de esta potencia. Porque lo femenino está en todos lados y al mismo tiempo en ninguno; por eso es imposible limitarlo mediante un concepto determinante. Así, el devenir femenino está siempre en constante flujo de movimiento, atravesando y redefiniendo el espacio que nos rodea y que creemos conocer. 

Gracias al lema feminista «lo personal es político» pude llevar a cabo esta investigación. En este proyecto, me sitúo desde mi propia experiencia como mujer, explorando mi devenir femenino, mis afectos, mi sexualidad y mi cuerpo, tanto humano como no-humano. En este contexto, lo femenino escapa a las categorías totalizantes del discurso científico y biologizante de la heteronormatividad, y se abre a otra(s) posibilidad(es) de devenir, sin verse en la necesidad de representar lo Otro de lo masculino. El arte, entonces, asumido críticamente, me ha permitido replantear la construcción de un espacio donde mi devenir femenino no se asocie negativamente con la intensidad, la sensibilidad, la locura, la irracionalidad o la inmadurez.

En la exposición Del espacio curvo al cuerpo que habito, presentada en el Colegio de San Ildefonso, lo femenino, que anteriormente había sido considerado como una debilidad, un malestar o una incomodidad, se aborda mediante una experiencia sensorial que invita al espectador a vivir intensas y placenteras emociones, donde el cuerpo se mimetiza con la instalación, construida a partir del contacto con el adobe, para evocar una sensación que nos recuerda de dónde venimos a través de la memoria corporal. Este cuerpo vivo, que se había visto obligado a reprimir su sombra y evitar lo desconocido, encuentra en la interacción con el material una oportunidad para cuestionar las limitaciones del sistema de género construido sobre acero y cemento. En este sentido, el devenir femenino permite la creación de un espacio alternativo que deja ser al cuerpo que habitamos, gracias al movimiento de la curva y la maleabilidad del adobe. 

Finalmente, quiero expresar mi sincero agradecimiento a 17, Instituto de Estudios Críticos, y al Colegio de San Ildefonso por brindarme la oportunidad de abordar esta problemática que ha sido fundamental para reescribir mi propia historia, tomar el control de mi cuerpo y, por supuesto, de mi vida. Agradezco también profundamente a mis padres y a todos los miembros del taller de adobe, cuyo apoyo incondicional ha sido clave para la realización de este proyecto.