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Black Mask y confinamiento…

Cuando tienes una villa en Cabo Ferret es menos intolerable: la Pascua en Arcachón, incluso confinado, no impide el disfrutar de una bella vista al océano…

Sí, mientras que en París, y peor, en la periferia, la gente vive la situación como una punición doble (tiene la sensación de que está castigada).

Es verdad que si tomas las cosas del lado positivo, son vacaciones forzadas y creativas, recreativas (Monopoly, Trivial Pursuit).

¿Vacaciones pagadas confinados? ¡Bah! Más bien es un desempleo promedio sabiendo que recuperarás tu trabajo solamente si, entretanto, la empresa no se declaró en bancarrota.

¿Quieres decir un trabajo a medio tiempo?

Un medio desempleo. El medio tiempo es deseado por el asalariado por múltiples razones (ocuparse de los niños, practicar una actividad artística), mientras que un medio desempleo forzado consiste en arriesgarse a perder el empleo a causa de la posible bancarrota de la empresa (no es lo mismo).

En ese caso, es un desempleo entero porque la gente ya no puede trabajar.

Sí y no. Por un lado, están quienes practican el teletrabajo en sus casas con el gato sobre las rodillas; por otro, están los trabajadores que no logran conectarse o que no tienen el material informático en casa (los hay).

¿¿Eh??

Sí, las personas que no tienen el material adaptado, impotentes frente a la eficacidad del teletrabajo, terminan por deambular por el departamento, y llega a suceder que las peleas domésticas empeoran. Para una pareja, es delicado estar permanentemente uno contra el otro (las tensiones aumentan). Además, no se conoce el impacto del virus en la sexualidad: ¿es peligroso un compañero con coronavirus que hace el amor sin protección? ¿Vamos a regresar a la época del sida?

Señalas una dimensión moral, lo prohibido cristiano, ¡bah!… bueno, el confinamiento es difícil para las parejas, ok, pero no es menos doloroso para los solteros: si se masturban, ¿se autoinfectan? En cualquier caso, ya sea solo, con muchos, se volvió riesgoso coger (los medios no hablan de esa dimensión íntima).

En efecto, masturbarse en Skype favorece el voyerismo (te vienes a distancia, pero al menos te vienes).

Además, el adulterio se complica (es un castigo divino: la sanción, la moral, la mujer en la casa, etcétera).

Se ha vuelto imposible ser sexy. Sólo se tiene el cuerpo para seducir (no es suficiente). Los rostros enmascarados no tienen aura.

Ya no hay rostro.

Al pepino enmascarado le es imposible enamorarse de una mujer con velo… el beso cubierto de inmediato produce una enorme frustración.

Enmascarado puedes lavar los trastes, hacer las compras, tomar el transporte, pero en el momento en que atraviesas la frontera íntima, todo se complica.

Un joven estilista acaba de lanzar el Style Covid para revalorizar los rostros: autografía cubrebocas quirúrgicos y cose su logo al interior, esperando ganar dinero con ese accesorio.

¿Crees que la estética Black Block le cederá el lugar a la estética Blusa Blanca?

¡Oh, cuidado! ¡Antes de ser una prenda, el Black Block es un movimiento! El pasamontañas negro que conserva el anonimato no impide que el virus entre en los pulmones del manifestante… Si no eres de extrema izquierda puedes contagiarte de una enfermedad mortal porque estabas por casualidad en los alrededores del cortejo y un imprudente tosió frente a ti…

Bastaría con teñir de negro los cubrebocas para llevarlos a la manifestación, el joven estilista podría creer que sólo tendría que autografíar la pintura…

¡Excelente!

En toda crisis hay algo que recuperar: se abandona la enfermedad, se favorece el accesorio, ¡zas!, el cubrebocas de moda costaría 130 euros y se acabó.

¿¿Qué?? ¿130 euros? ¿El monto de la multa cuando olvidas el formulario y la policía te cae encima, exigiendo esa suma?… ¿Es eso?

¡Exacto! 130: un cubrebocas a la moda, una multa = misma suma.

¿Crees que los creadores deberían inventar sombreros, ropa interior inmunitaria?

Por ahora se concentran en los cubrebocas, la parte más visible de la pandemia. Esperan sacar provecho de ello. Es difícil concebir una cofia de alta costura (demasiado cara).

Es verdad que una cofia quirúrgica, con sus pliegues plisados en la frente, no es elegante, no es un peinado romántico. ¿Cómo imaginar una peluca María Antonieta, empolvada, alta y voluminosa, de uso terapéutico? Se necesitaría una originalidad inaudita para perfeccionar un sombrero inmunitario convincente.

¡No olvides que la prometida de Werther se llamaba Charlotte![1]

Sí, y durante la Revolución, las mujeres del pueblo usaban cofias, zuecos, gritaban en la calle para destituir al rey y a la reina.

Sí, no he olvidado que estaban a la vanguardia de la protesta.

¡Ey! Y el asesino de Marat, ¿te acuerdas de su nombre?

¡Otra vez una Charlotte! Es increíble.

 

 

Traducción del francés de Adriana Romero-Nieto

 

[1] La autora hace un juego de palabras intraducible, pues en francés, charlotte es un nombre propio y a la vez significa “cofia”. [N. de la t.]

La Bitácora del encierro es un proyecto de la UAM Cuajimalpa