Actualidad

El cuerpo/objeto

¿Qué se aprende a través de un cuerpo que escapa a las normas y discursos hegemónicos?  Lo primero que aprendí fue el miedo, aprendí que no todos los cuerpos valen lo mismo, aprendí sobre violencia, discriminación, odio, rabia e impotencia, aprendí que este mundo no me considera humanx.

¿Qué aprende el mundo a través de nuestrxs cuerpos? Todo lo que le apetece.

Yo soy una mujer que tiene un cuerpo que hace temblar al mundo, cuando alguien como yo nace dentro del sistema médico, se encienden todas las alarmas y se declara la emergencia, el miedo se apodera de los padres y sus peores prejuicios junto con los del equipo médico salen a flote: ¿qué hacer con estos cuerpos que cuestionan todo lo que creíamos saber sobre el sexo y la supuesta “naturalidad” del binario?

“¡NORMALIZARLOS!” dice el discurso médico, la ciencia y el conocimiento legitimado, instrumentalizado como técnica quirúrgica y farmacéutica, que mutila nuestros cuerpos en nombre de un supuesto orden natural. Este discurso que se ha mantenido durante décadas, más basado en el miedo y el prejuicio que en la evidencia científica, ha tenido un costo muy alto para las personas que, como yo, nacen con variaciones de las características sexuales.

Así han pasado décadas y nuestrxs cuerpos han sido manipulados y usados por la ciencia médica no solo para mantener esta estructura binaria del sexo/género sino también para mejorar sus técnicas y crear conocimientos que generan grandes cantidades de dinero en la industria de la cirugía cosmética genital, la endocrinología y la farmacéutica misma. Nos utilizan como objetos de estudio, transmiten cirugías en vivo de nuestros cuerpos infantiles para instruir a los nuevos practicantes en las técnicas más avanzadas de clitoroplastías (mutilación de clítoris), gonadectomías (castraciones) y vaginoplastias (violaciones reiterativas). Es tal el poder que posee este conocimiento y su legitimidad social que después de casi tres décadas de activismo y recomendaciones por parte de las principales entidades de Derechos Humanos a nivel internacional, estos procedimientos se siguen efectuando al cobijo de los sistemas de salud pública aquí en México, por supuesto en los Estados Unidos y en la mayoría de los países del mundo. 

¿Cómo nuestras experiencias y conocimiento pueden competir contra el conocimiento científico y el discurso médico?

Así es como, junto con las personas discapacitadas, enfermas mentales, negras, transexuales y todo el abanico de “anormales” ciudadanos de segunda, las personas intersex hemos contribuido al CONOCIMIENTO del mundo, como objetos fascinantes y horrorosos de la naturaleza fallida. 

Y ahora me pregunto ¿para qué escribo esto?, ¿en verdad es esto una oportunidad o solo un ejemplo más de extractivismo? En esta sociedad del capital donde todo es mercancía y tiene un valor, ¿por qué se piensa que pueden pedirnos nuestros testimonios, historias, creaciones y reflexiones a cambio de “oportunidades”, de “visibilidad”? Nosotros también pagamos cuentas y pertenecemos a poblaciones seriamente castigadas en el ámbito económico y social, si creen que lo que producimos es valioso ¿por qué no pagar por ello? Y no solo es un tema económico, es un tema de injusticia epistémica en términos de la filósofa Miranda Fricker. 

¿Cuándo dejaremos de ser objetos y pasaremos a ser sujetos de conocimiento?

Sigo cuestionándome… ¿para quién escribo? Sobre las instituciones que nos convocan a esta actividad sé poco, de 17, Instituto sé un poco más porque tenemos un par de años colaborando, es un instituto prestigioso en el país y también costoso para alguien como yo, de la Universidad de Rochester sé casi nada, la reconozco porque es “de renombre”, la googleo y veo que es una de las diez universidades más caras de Estados Unidos, veo la cuota anual y me doy cuenta que no conozco a nadie que pueda costear algo así, leo que dedica cientos de millones de dólares a investigación cada año y me pregunto: ¿cuál será el presupuesto asignado a este proyecto?, ¿será justo el sueldo que reciben las investigadoras que coordinan esta propuesta siendo mujeres?, ¿ganarán lo mismo entre ellas viniendo una del norte y la otra del sur global?

Sigo reflexionando y ahora llego a la creatividad, me doy cuenta de que el proceso creativo, a diferencia del conocimiento, es lo fundamental en mi trabajo y en mi vida. La creatividad me ha permitido sobrevivir y continuar a pesar de la terrible violencia estructural y simbólica que recae sobre nuestrxs cuerpxs, la creatividad es el antídoto contra la rigidez de este sistema-mundo y su visión miserable de la vida. 

El trabajo creativo, el arte y sus lenguajes son espacios de libertad al que todo mundo debería tener acceso, no como espectadores, sino como creadores, como exploradores de la existencia. 

No hay discapacidad ni característica corporal que nos impida disfrutar de la creatividad y el arte.

 

Guadalajara, Jalisco, octubre y noviembre del 2020

Adiós Al Futuro