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El factor Morenatti

“No me llames fotógrafo de guerra”, pide Emilio Morenatti. Alude así a un documental donde él y otros colegas de profesión reclamaban lo mismo, porque esa designación nunca abarcará lo que son y lo que hacen.[1]

¿”Fotoperiodista” es entonces lo pertinente? Tampoco. El periodismo se asocia a lo efímero, y el trabajo de Morenatti reclama cierta posteridad. Como Georges Perec lo hiciera en literatura, las instantáneas de Morenatti condensan la realidad en un fajo de enunciaciones visuales que trascienden lo inmediato.

Con un ejercicio profesional de más de 30 años en los que ha cubierto conflictos armados en Oriente Medio, Afganistán, Pakistán y el norte de África para la agencia de noticias estadounidense The Associated Press (AP), este fotógrafo jerezano fue considerado el mejor fotoperiodista en América por Pictures of the Year International en 2009  y por la National Press Photographers Association de Estados Unidos en 2010. Obtuvo el primer premio FotoPress (2009) y ese mismo año fue finalista del premio Pulitzer por su cobertura de la guerra de Afganistán. Entre sus premios despuntan el Lucas Dolega, el Ortega y Gasset, el Godó de fotoperiodismo y el World Press Photo en dos ocasiones. Todo esto para decir que, como sucede con los fotógrafos de su clase, el currículum de Morenatti apenas se distingue de su biografía.

La contundencia de estas imágenes no admite écfrasis. Y es que al margen de la intención del fotógrafo al hacer —no “tomar”— estas fotografías, y más allá de lo que se interprete a partir de ellas, es la intención de la obra misma la que nos reclama en calidad de testigos.

En el obturador de Morenatti, un latigazo de luz deviene reflexión visual. Y porque aquello que no se puede decir se puede mostrar, esta exposición arrostra la tribulación y el azoro de una Barcelona en pandemia.

 

Alfonso Herrera

 

[1] No me llames fotógrafo de guerra. Dirigida por Esther Vergara. Canal+ España, 1977, 70 mins.

 

 

Jueves 12 de marzo de 2020. Una pareja se besa en el aeropuerto de Barcelona. The Associated Press/Emilio Morenatti.

Sábado 14 de marzo de 2020. Personas con barbijos y bolsas de mercadería pasan al lado de un maniquí con barbijo en el centro de Barcelona. The Associated Press/Emilio Morenatti.

Domingo 15 de marzo de 2020. Vista de la autopista hacia Barcelona vacía. The Associated Press/Emilio Morenatti.

Domingo 15 de marzo de 2020. Oficiales de policía catalanes patrullan La Rambla, en Barcelona. The Associated Press/Emilio Morenatti.

Domingo 15 de marzo de 2020. Una mujer fotografía a su perro frente a la catedral de Barcelona. The Associated Press/Emilio Morenatti.

Jueves 19 de marzo de 2020. Soldados de la UME (Unidad Militar de Emergencias) española desinfectan la terminal 1 del aeropuerto de Barcelona para prevenir la propagación de COVID-19. The Associated Press/Emilio Morenatti.

The Associated Press/Emilio Morenatti.

Jueves 26 de marzo de 2020. Una vista del mercado La Boquería, cerrado, en el centro de Barcelona. The Associated Press/Emilio Morenatti.

Domingo 29 de marzo de 2020. Gente parada en sus balcones durante el confinamiento nacional para contrarrestar el coronavirus en Barcelona. The Associated Press/Emilio Morenatti.

Jueves 2 de abril de 2020. Trabajadores llevan un ataúd con el cuerpo de un fallecido por coronavirus mientras se ven otros ataúdes en el piso antes de ser incinerados o enterrados en la morgue de Collserola en Barcelona. The Associated Press/Emilio Morenatti.

Domingo 5 de abril de 2020. Personas tocan instrumentos musicales y otras bailan en sus balcones para apoyar al personal médico que está trabajando durante el brote de COVID-19 en Barcelona. The Associated Press/Emilio Morenatti.

Martes 7 de abril de 2020. Una mujer empuja su carro en la calle durante el brote de COVID-19 en Barcelona. The Associated Press/Emilio Morenatti.