Desde 2010, nuestro doctorado honoris causa ha sido recibido por una docena de figuras del orbe (más detalles aquí):
- Amelia Rudolph (Estados Unidos), por su trabajo con la danza vertical en Estados Unidos
- Lilia América Albert (México), por su impulso a la toxicología nacional;
- Susan Reynolds Whyte (Dinamarca), por sus aportaciones en relación con el SIDA, la salud materno-infantil y la rehabilitación en Uganda;
- Annemiek Richters (Países Bajos), por su trabajo de rehabilitación psicosocial tras el genocidio en Ruanda;
- Ajay Heble (Canadá), por su impulso al campo de los estudios de la improvisación;
- Mario Bellatin (México) por sus aportaciones a la literatura y el arte;
- Rafael Kohanoff† (Argentina), por su activismo en pro de los adultos mayores;
- Evelyn Glennie (Escocia), por su aportación dentro y fuera de la música al arte de la escucha música desde su sordera profunda;
- Pat Mooney (Canadá), por sus investigaciones y su activismo ambiental global;
- Edith Derdyk (Brasil), por sus aportaciones plástica en torno a la escritura;
- Vyacheslav Ganelin (Israel) por sus aportaciones a la música;
- Ariel Guzik (México), por sus aportaciones a en la investigación y representación de la resonancia;
- Evgen Bavčar (Eslovenia) por ser el “cuarto inventor de la fotografía” desde su ceguera.