«Tenemos que reconciliarnos, que perdonar a muchas personas y que juzgar a otras. Y siento que solo lo podremos hacer si sabemos de verdad qué nos ha ocurrido, quién ha muerto, por qué, quién lo mató, qué quería, quién lo solapó. Porque los auténticos narcotraficantes no están en la prensa, sino que son unos empresarios muy ricos que están blanqueando dinero y haciendo negocio con el dolor de todos nosotros. Hasta que eso se entienda, se haga público y de algún modo se detenga, es imposible acabar con esta guerra. Por eso es que tenemos que dejar escrita nuestra memoria de lo que está ocurriendo». Eso nos dijo Lolita Bosch durante una entrevista. En 2015.
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¿Vendedor de mota?
Recordamos a Ricardo Valderrama, asesinado a tiros el martes 2 de junio del 2009 en la entrada de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Nos cruzamos con él gracias a unos conocidos. Queríamos comprender mejor los tráficos, esos flujos informales, para– o ilegales, que tanto se han ampliado en los últimos lustros en México y en todas partes. El Valde había salido del reclusorio y quería reinventarse. Necesitaba hablar. Necesitaba ingresos. Conversamos con él durante tres meses. Luego lo invitamos a participar en el encuentro “Tráficos: cultura y subjetividad” (enero, 2008). Su presencia fue muy apreciada. Destilaba simpatía y tenía mucho para compartir. Sus posibilidades laborales resultaron casi inexistentes: le negaron la constancia de cumplimento de su periodo en el reclusorio. Entonces durante algún tiempo vendió tarjetas para celulares en la vía pública. De pronto no pudo más. Volvió entonces a ofrecer mariguana. Aparentemente, otro vendedor lo ultimó para quedarse con su plaza. Nos quedamos helados. Con el ánimo de difundir su historia, hicimos conocer su testimonio a la revista Proceso. La publicación resultante (21 de junio, 2009) llevaba por título «Confesiones de un vendedor de mota». Pero esa versión nos pareció un refrendo de los lugares comunes del “narcomenudismo”. Quisimos entonces circular nuestra propia versión, que da a ver bajo otra luz el trasiego y su supuesto combate. Aquí va, de nuevo. Insistimos.
La política, producción de afectos
En El circuito de los afectos. Cuerpos políticos, desamparo y fin del individuo, del que compartimos un adelanto, el teórico crítico brasileño Vladimir Safatle destaca que, así como en la práctica del psicoanálisis son desactivados modos de afección que perpetúan modos determinados de vinculación social, “la política es, en su determinación esencial, un modo de producción de circuito de afectos”. En seguida, la grabación de la conferencia que el autor dictó sobre este tema, en 2015, durante nuestro coloquio internacional “Horizontes de la gestión crítica”, en la Ciudad de México.