Los estudios sobre la discapacidad proponen una nueva manera de pensar dicotomías como persona capacitada–persona discapacitada, persona normal–persona anormal. Su argumento principal es que cada persona es discapacitada. Esto quiere decir que todas las personas llevamos discapacidad dentro de nosotras. Eventualmente envejeceremos y, por consiguiente, nuestro cuerpo envejecerá también.