Creación


Experiencia de la inscripción

El último Gracida

Conocí a Enrique el Dumbo Gracida Hoffman en la escuela primaria. En el capítulo “Recuerdos ecuestres” relato cómo nos conocimos y el inicio y transcurso de nuestra temprana amistad.

Enrique pertenece a la dinastía original de caballistas que formaban el Herradura, el invencible equipo nacional de polo que, en los años cuarenta, patrocinaba el general Manuel Ávila Camacho, entonces presidente de la República.

Los seis hermanos, José (Pepe), Guillermo (Memo), Alejandro (Cano), Gabriel (el Chino), Rubén (el Pato) y Enrique (el Dumbo) fueron extraordinarios caballistas. Todos, como jockeys, polistas, entrenadores, arrendadores y maestros, destacaron en el mundo ecuestre internacional. Cinco de ellos ya fallecieron; Enrique es el único que vive para contarnos su historia y la de su familia.

Después de no encontrarnos durante varias décadas, le propuse que, con sus propias palabras, me relatara, para dejarlo por escrito, cómo fue su vida de jockey, polista, entrenador de jinetes y arrendador de caballos, actor de cine, director de un club de polo, gerente de varias agencias distribuidoras de vehículos, galán, recluso (pero no convicto) y maestro de polo de un sultán y sus hijos. Le gustó la idea y aceptó de buena gana que nos reuniéramos una vez a la semana a conversar.

No pretendo ser el biógrafo de Enrique. El presente libro es solo la transcripción de una cándida conversación entre dos amigos de la tierna juventud que se reencontraron después de varias décadas.

Y aunque una entrevista es, en cierto modo, como una sesión con el psiquiatra o un corte de caja anticipado, con la sencillez de siempre, Enrique, el Dumbo Gracida amablemente respondió las preguntas acerca de todos los temas de nuestra plática.

Roberto Lara

(Nota: El último Gracida. Conversaciones con un caballista ha sido publicado por Editorial Diecisiete en la serie Habitaciones.)

William (Willie) Mayer. Vida, viajes y servicio en el siglo XX mexicano

Willie, William Mayer, autor de Early travellers in Mexico: 1534-1816 (México, 1961), contribuyó a la construcción de nuestro imaginario nacional. Nacido y educado en Londres, llegó muy joven al país; su padre decidió trasladar a la familia después de adquirir, con apoyo de sus suegros, tres fábricas de puros en Veracruz. A partir de 1908, Willie recorrió México como agente viajero: fue testigo de la Revolución, de sus personajes, y conoció a su esposa en El Paso mientras ella y su madre se refugiaban durante uno de los asaltos de Pancho Villa a la ciudad de Chihuahua. En 1917 el matrimonio se estableció en Orizaba, donde él asumiría la dirección de la empresa. Allí fundó el Club Rotario, promovió la carretera Tehuacán-Córdoba y, en 1927, produjo los filmes El tren fantasma y El puño de hierro. Durante la Crisis de 1929, el negocio quebró por problemas laborales y, en 1934, Willie tuvo que reubicar a su familia en la Ciudad de México. El surgimiento del nazismo lo llevó a jugar su papel más destacado: fundar el Comité Central Israelita de México y recibir a los exiliados judíos que huían de Europa. Gracias a su amistad personal con el Cónsul Honorario de Alemania en el puerto de Veracruz, sinnúmero de ellos pudieron rehacer sus vidas en territorio nacional. La presente crónica, escrita por su hijo Roberto, asimismo ingeniero y coleccionista de mapas y libros antiguos sobre México, recrea cinco décadas cruciales de nuestra historia moderna. También registra el redescubrimiento vital de un padre por su hijo, entre las cajas de un archivo.

(Nota: William (Willie) Mayer. Vida, viajes y servicio en el siglo XX mexicano fue el primer volumen de la serie Habitaciones, publicada por Editorial Diecisiete).

Mis humores

Seguimos sin saber qué es la enfermedad, su cura y por qué dolemos. Podemos indagar en una respuesta poética mientras tanto.

(Nota: el volumen Mis humores será publicado en breve por Editorial Diecisiete en la serie Habitaciones.)

La escritura, el cuerpo y su desaparición

Un recorrido sin par por un territorio que atañe a la relación entre palabra y cuerpo, teoría y experiencia, arte y sufrimiento. Mediante una minuciosa aproximación a las obras del artista chino posconceptual Song Dong y de la poetisa y cineasta egipto‐francesa Safaa Fathy, Marcela Quiroz Luna tematiza incisivamente tres ámbitos, en un registro que es a la vez autográfico: la teoría y crítica de arte contemporáneo, el testimonio en sus dimensiones filosófica y literaria, y los estudios críticos de la “discapacidad”. Herida que es pensamiento que es herida. 

El trazo del agua

En el presente texto, Juan Pablo Anaya busca desbordar el relato del asesinato de su padre. Lo hace a través de la exploración de la historia material del lugar en que sucedió. Su escritura cavila sobre el duelo al llevar su memoria personal hacia registros sociales, políticos y tecnocientíficos. El agua, como otros motivos del relato, abre a un nuevo porvenir, que entraña una reinvención de su narración, al quedar iluminada por otra luz.