Memorias

El claroscuro en que nacen los monstruos. Pensar el presente

Atestiguamos el desfondamiento del orden mundial y del pacto civilizatorio surgido tras la Segunda Guerra Mundial. Por lo menos. Atestiguamos el fracaso del derecho internacional y de los derechos universales y su sometimiento final a los intereses de las grandes potencias que encabezaron los bloques de la Guerra Fría. A su término, la ilusión neoliberal marginó sus escenarios mientras que izquierdas y derechas terminaron por confundirse y dar paso a una polarización que se interpone a la escucha y el diálogo. Los horizontes se nos vienen encima y se multiplican los escenarios adversos: la vida de los “menos aptos” está crecientemente en riesgo (es decir, la de cualquiera de nosotros). Es el “fin de los tiempos” para la coexistencia pacífica en la diferencia. Los nuevos bloques campean en función de sus poderes fácticos, las oligarquías impulsan etnoestados que multiplican a sus enemigos. La atrocidad y el exterminio, selectivamente dosificada en escenarios geopolíticos diversos, hoy ronda de nuevo sin empacho y toca a todas nuestras puertas.

Este distópico e inquietante escenario se alimenta de varias fuentes: el retroceso de los valores democráticos; las ideologías iliberales consignadas por los poderes políticos; el agotamiento del Estado-nación y de las comunidades supranacionales como forma de organización social; el temor a los otros, la desmemoria y el retorno de los fascismos; la militancia, la radicalización y el abuso de postulados identitarios para explicarlo todo; la catástrofe climática y el ecocidio producidos por el gran capital; las falsas dicotomías y la polarización que bloquea la escucha y el diálogo; la proliferación descontrolada de tecnologías de inmensa potencia y consecuencias; el repunte de la eugenesia; el descrédito de los medios masivos de comunicación, de la ciencia y del pensamiento; el despliegue de los absolutos religiosos; el miedo y la perplejidad que impiden organizarse y resistir.

Este coloquio bordea aspectos del (des)orden emergente a partir de las siguientes interrogantes: ¿qué llega a su fin?, ¿qué sucede?, ¿podemos pensarlo?, ¿a qué mediaciones estamos sujetos?, ¿cómo podemos responder?

Apostamos por pensar el presente más allá de nuestras propias referencias y espejismos. Sabemos que cualquier postura siempre terminará por mostrar contradicciones y parcialidades. Solo los detalles pueden servirnos como faro. Este encuentro ha sido curado para percibir los temas discutidos desde perspectivas distintas. Al introducirnos en el claroscuro donde nacen los monstruos es imperativo abrirnos a la escucha radical, con la disposición de dejar caer nuestros prejuicios y posturas asumidas. Para avanzar sobre los abismos que enfrentamos, nos parece apremiante no alimentar más la polarización que tanto signa la vida colectiva actual. Frente a las amenazas encaradas, es lo menos que podemos hacer. “Nada hay de malo en apartarse y reflexionar”, dice Susan Sontag en Ante el dolor de los demás. “Nadie puede pensar y golpear al mismo tiempo”.