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La construcción mediática del enemigo. Cultura indígena y guerra informativa en Chile

En ocasión de la aparición en lengua árabe, este mismo 2023, de La construcción mediática del enemigo. Cultura indígena y guerra informativa en Chile de Carlos del Valle Rojas (obra originalmente editada por Comunicación Social Ediciones y Publicaciones, Salamanca, 2021), publicamos, además del volumen completo en esa lengua y un fragmento del mismo en español, una breve reseña de la obra a cargo de Mauro Salazar J. Aunque la actuación de los medios de comunicación en los sentidos tematizados por Del Valle Rojas es permanente, resulta aún más visible en momentos de enfrentamientos y guerras abiertas. Bien vale la pena entonces tomar nota de lo aportado por este trabajo al observar hoy lo que sucede con los medios, en todos los flancos.

La construcción mediática del enemigo. Cultura indígena y guerra informativa en Chile, de Carlos del Valle Rojas

por Mauro Salazar J.
Doctorado en  Comunicación, Universidad de la Frontera, Chile

La construcción mediática del enemigo. Cultura indígena y guerra informativa en Chile, es una voz que se ubica entre la violencia neoliberal, en sus diversas capas, y la producción de la enemistad que atraviesa la crisis de nuestro imaginario epocal. El texto no debe ser limitado a una “progresión analítica”, sino a un conjunto de intervenciones que develan —más allá de los antagonismos— la gestión de odiosidad desde diversos pliegues, el colonialismo, el poder, el indígena espectral, la necropolítica, la gubernamentalidad y el otrocidio. Ello implica una forma de recusar nuestro presente desde una racionalidad civilizatoria y un modo de producción que ha institucionalizado prácticas disciplinantes, especialmente, a través de la hiperindustria cultural sobre “lo indígena”. En un clima empapado de “mercancías mediáticas”, “identitarismos salvajes”, “morales excluyentes” y “metáforas del pánico”, la prensa hegemónica ha reforzado los modos de producción del enemigo —epistemicidio— desde la condición de barbarie y las “estéticas del asco”. De suyo, cabe emplazar la vocación agresiva hacia la otredad desde las formas de categorización  del “sociologicismo conservador” —La Hacienda, la anomia y sus formas de clasificación— con la ficción de integración social. Martin Rivas (Blest Gana) implica una comunidad categorial que codifica y excluye las diferencias de los cuerpos. Carlos del Valle desarrolla una crítica a la racionalidad depredadora del enemigo —el colonialismo radical y la mutilación hiper/productiva— y su teología del progreso, situada en los “contratos modernizantes” de distintas oleadas globalizadoras. Tal racionalidad se expresa de diversos modos que van desde el  control territorial,  los procesos productivos, la obsesión por “lo intercultural”, hasta la creación e implementación de técnicas para expandir formas de sujeción comunitaria.

El proceso de criminalización ha sido una manifestación muy propia de los regímenes de control y seguridad de los Estados nación, y ha dado lugar al proceso de empresarización que ha devenido en un nuevo régimen que comienza a consolidarse, a saber, el “capitalismo informacional”. Aquí se funden el Estado nación y el mercado en una racionalidad económica que es, a la vez, ideológica, como en el caso de los modelos de innovación y emprendimiento y desterritorialización de los pueblos.

Pese a que el trabajo de Carlos del Valle abraza una comunidad de preocupaciones en el ámbito de la contemporaneidad, bajo el dispositivo orientalista ¿civilización o barbarie? se abren una serie de interrogantes sobre el indígena mapuche desde el rastro de una ausencia, “su propia ausencia” —como dice el autor.  Y ¿qué es realmente el indígena, lo indígena? Como habitualmente se utiliza en tanto oposición entre lo indígena y lo nacional (el indígena frente a las nacionalidades oficiales) o entre lo indígena y lo territorial (el indígena frente a  territorios en disputa), suele estar vacío de sentido o tenerlo solo en un discurso estrictamente especializado. En el marco de los “nacionalismos americanos”, las relatorías de la industria cultural, sostiene del Valle, hacen del indígena el espectro que funciona como una estrategia de eliminación, porque al escribir sobre los indígenas como espectros, la literatura los elimina de las tierras y, como compensación, los coloca dentro del imaginario nacional.

El autor analiza la producción mediática del enemigo, cuestión que implica una crítica a la racionalidad depredadora del enemigo. Los nuevos modos de violencia develan —más allá de los antagonismos ideológicos— la gestión de odiosidad desde diversos pliegues, el colonialismo, el poder, el indígena espectral, la necropolítica, la gubernamentalidad y el otrocidio. El colonialismo radical y la mutilación hiper/productiva y su teología del progreso, situada en los “contratos modernizantes” de distintas oleadas globalizadoras. Tal racionalidad se expresa de diversos modos que van desde el  control territorial,  los procesos productivos, la obsesión por “lo intercultural”, hasta la creación e implementación de técnicas para expandir formas de sujeción. El enemigo es una relación y una reacción. Es la medida de la voluntad de quien lo crea bajo un “apriorismo oposicional”. ¿Quién es el enemigo? ¿Es un ser que existe realmente o su existencia no es más que una ilusión y un espejismo? ¿Quién construye este enemigo? ¿Qué papel desempeña dentro de las sociedades? ¿Cuáles son sus funciones y cómo se presenta en los medios de comunicación? ¿Cuáles son los factores que contribuyen a su creación y configuración? ¿Es necesaria su existencia?

No cabe la menor duda de que la «construcción del enemigo» era y sigue siendo una de las estrategias seguidas por varios regímenes, tanto en sus políticas internas como externas, puesto que esto les permite encubrir sus crisis sociales, económicas y políticas, amén de fortalecer la cohesión social entre los ciudadanos y consolidar su sentido de pertenencia. Por lo tanto, estos regímenes no paran de crear enemigos «externos» en la mayoría de los casos, para luego «demonizarlos», con el fin de justificar sus diversas decisiones políticas.