Circunstancias como las actuales nos exigen mayores, no menores, niveles de crítica y autocrítica. A propósito de los acontecimientos en IsraelPalestina

El 7 de octubre del 2023, milicias de Hamás y otras organizaciones lanzaron miles de cohetes contra Israel e incursionaron en territorio israelí, donde asesinaron arteramente a centenas de personas, hirieron a una gran cantidad y secuestraron a un número aún indeterminado de ciudadan_s israelíes –beduinos además de judíos– así como a ciudadanos mexicanos y latinoamericanos, niños, adultos mayores y personas con discapacidad. Tales ataques contra la población civil son crímenes de guerra injustificables y su celebración es inaceptable. Los milicianos vulneraron a activistas israelíes por la paz, considerados por Hamás como meros “ocupantes”. También asesinaron y secuestraron a turistas provenientes de varios países que participaban en un festival de música. Dicha organización pretende establecer un Estado islamista en todo el territorio IsraelíPalestino, sin “infieles”: judíos, cristianos y musulmanes que no se atengan a su interpretación de la ley islámica. 

Nos queda la palabra

«Tenemos que reconciliarnos, que perdonar a muchas personas y que juzgar a otras. Y siento que solo lo podremos hacer si sabemos de verdad qué nos ha ocurrido, quién ha muerto, por qué, quién lo mató, qué quería, quién lo solapó. Porque los auténticos narcotraficantes no están en la prensa, sino que son unos empresarios muy ricos que están blanqueando dinero y haciendo negocio con el dolor de todos nosotros. Hasta que eso se entienda, se haga público y de algún modo se detenga, es imposible acabar con esta guerra. Por eso es que tenemos que dejar escrita nuestra memoria de lo que está ocurriendo». Eso nos dijo Lolita Bosch durante una entrevista. En 2015.