Ła literatura (que no-toda es) en 17, Instituto de Estudios Críticos

Compartí versiones anteriores del siguiente texto con algunas de las personas que me han acompañado en la coordinación del área de Literatura de 17, Instituto de Estudios Críticos, que asumí hace casi dos años. Con cada una, he sostenido un intercambio intenso, que en muchos casos incorpora la memoria de un tiempo anterior, y en otros, el apunte certero dicho en el momento preciso… Las interrogantes se han ido concatenando: ¿cómo concebir el área de Literatura en el marco posuniversitario de 17, Instituto de Estudios Críticos? ¿Cómo pensarla en ese cruce de saberes y perspectivas que propone: psicoanálisis, teoría crítica, filosofía política, estética… y, antecediéndolos, “literatura”? ¿Qué tiene que añadir, aún, la literatura a los diversos debates que suscita el presente confuso y convulso con el que nos confrontamos? ¿Qué saber anticipa, respecto del acontecimiento, las formas, los efectos y afectos, las derivas de este presente? ¿De cuál literatura hablamos, hoy, cuando hablamos de “Literatura”? ¿Cuál literatura despierta nuestro inter-és, y lo orienta hacia la cristalización de una respuesta conceptual y formativa de lectura y acción poiética, al mismo tiempo teórica y práctica, en el instituto? El diálogo con las personas a las que me refiero colegas, amigas pulsa entre las líneas de lo que formulo a continuación: Benjamín Mayer Foulkes, Oriele Benavides, Pablo Domínguez Galbraith, Beatriz González Stephan, Julio Ramos, Vicente Lecuna, Javier Guerrero, Paulette Silva, Raúl Antelo, Gabriela Olivo de Alba, Erik del Bufalo, Rodrigo Ponce, Ana Hounie, Gabriela Frigerio, Andrés Gordillo, Valentina Fuentes, Javier León… Y a este se suma el que he sostenido con otros colegas y tutores de algunas actividades realizadas antes, y de los dos nuevos programas diseñados por el área, los Certificados A-Saltos, literatura revisitada y Excribir hoy: Meri Torras, Raquel Rivas Rojas, Fernanda del Monte, Nuria Girona… Asimismo, la escucha y la lectura atenta de algun_s escritor_s latinoamerican_s contemporáne_s cercan_s: Diamela Eltit, Carmen Boullosa, Lina Meruane, Mario Bellatin, Rafael Castillo Zapata, Jacqueline Goldberg, Gabriela Cabezón Cámara, María Fernanda Ampuero, Alejandro Tarrab, Luis Othoniel Rosa, Daniela Rea, André Felipe…

Desde una posición (pos)critica —después y además del problema del juicio— proponemos pensar Ła literatura, como una literatura que no-toda es: portadora de un goce otro —para decirlo con Lacan—, suplementario —para decirlo con Preciado—, capaz de articular la singularidad que le atañe. Esto es: como una “práctica de la letra”, muy cercana al Real: una escritura —inscripción, huella, trazo—, que es al mismo tiempo ex-critura —litoral del “afuera” al que roza. En este sentido, las ofertas desplegadas por el área articulan una zona de contaminaciones entre la lectura y la acción poiética, orientada a nutrir los procesos de pensamiento y expresión por los que apostamos.

Movimientos migrantes a través de la literatura

A partir del análisis de las estructuras narrativas en Robinson Crusoe de Daniel Defoe, El entenado de Juan José Saer y, de manera más general, los cuentos de Jhumpa Lahiri y Eduardo Antonio Parra, Concepción González plantea en “Movimientos migrantes a través de la literatura” que las obras literarias nos permiten no solo ver cómo cambian los actores y las relaciones de poder en las migraciones humanas a lo largo de la Historia, sino que revelan el sentir y vivir de los involucrados. En todos estos textos, González reconoce la experiencia migrante desde distintos puntos de vista: el del que se va y el del que recibe.

Lengua y acto creativo

La colección editorial “Lecturas éxtimas” de la Fundación Medifé circula un nuevo volumen con dos ensayos que articulan el discurso del psicoanálisis con la lengua y la literatura: “Nuestro no saber de dónde viene la lengua” de Jessica Bekerman (psicoanalista y colaboradora de 17, Instituto de Estudios Críticos) e “Hijos del instante (entre Breton y Winnicott: el gesto espontáneo)” de Daniel Ripesi. Ambos autores cuentan con el mérito de haber sido distinguidos recientemente por la Fundación Proyecto al Sur con el Premio Lucian Freud. El libro puede ser accedido gratuitamente aquí

Nos queda la palabra

«Tenemos que reconciliarnos, que perdonar a muchas personas y que juzgar a otras. Y siento que solo lo podremos hacer si sabemos de verdad qué nos ha ocurrido, quién ha muerto, por qué, quién lo mató, qué quería, quién lo solapó. Porque los auténticos narcotraficantes no están en la prensa, sino que son unos empresarios muy ricos que están blanqueando dinero y haciendo negocio con el dolor de todos nosotros. Hasta que eso se entienda, se haga público y de algún modo se detenga, es imposible acabar con esta guerra. Por eso es que tenemos que dejar escrita nuestra memoria de lo que está ocurriendo». Eso nos dijo Lolita Bosch durante una entrevista. En 2015.

Releer a Paul Celan

Los poemas de este ciclo fueron acompañados de ocho grabados de Gisèle Celan-Lestrange; ese mismo otoño, la pareja decidió separarse. Los graves conflictos que vivían a causa de las crisis psíquicas del poeta hacían muy difícil una vida en común. En estos poemas, Celan reafirma su preferencia por una pareja que nunca le fallará: su alter ego, al que llama Tú. Para manifestar su oposición a las lecturas materialistas de Peter Szondi, Hans-Georg Gadamer comentó poema a poema, en un volumen que hasta ahora era de obligada referencia académica: ¿Quién soy yo y quién eres tú? (Herder, 1999). Ahora el lector dispone de los comentarios que el filólogo francés Jean Bollack (amigo de Szondi y de Celan) escribió para replicar a la hermenéutica gadameriana. Bollack despliega aquí su hallazgo. El poeta se ha escindido en dos instancias: el yo, o sujeto histórico, y el tú, o sujeto lírico. El lector se encuentra ante el diálogo irónico que entablan estos dos pronombres esenciales. Y Arnau Pons complementa el desciframiento cuestionando a su vez las interpretaciones supuestamente críticas que han surgido en el ámbito universitario, aportando su punto de vista. Leer es también subvertir.