Uno de los más conocidos investigadores contemporáneos de la fotografía se detiene en Bavčar y da cuenta de su propuesta: “Victor Hugo, al escribir sobre la sordera de Beethoven, exclamó: ‘¡Parece que viéramos a un dios ciego crear soles!’ Podríamos transportar esta idea a la obra de Evgen Bavčar. Lo más admirable no es que logre hacer fotografías a la manera de los videntes, sino que nos enseña lo que puede ser la fotografía de un ciego. El desafío principal no reside en haber vencido la dificultad —por grande que esta sea—, el mérito está en revelarnos un universo visual nacido de la noche. En la obra de un fotógrafo ciego se suscita una correspondencia. Por un lado, está Evgen Bavčar que hace mucho tiempo no tiene acceso a nuestro entorno de luz y de formas; por el otro estamos nosotros que, frente a sus obras, al fin podemos conocer un universo desconocido y, sin embargo, presente”.
Los ciegos y el cine
La ceguera no es ajena a la fotografía: es condición suya. También estructura el resto de los dispositivos ópticos y visuales, como el cine. Así lo demuestra la siguiente ponderación, colocada a modo de preludio de las elaboraciones en torno a la imagen y los Estudios visuales vertidas, en 2015, durante el coloquio “Las tres eras de la imagen” (el encuentro fue convocado por 17, Instituto de Estudios Críticos en conjunto con el Centro de la Imagen, y sus participaciones fueron reunidas en Los cuerpos de la imagen, libro que puede ser adquirido aquí).