Un paciente con derechos
Todos ellos respondieron que sí, que ¿cómo no íbamos a ganar si nos tienen encerrados, privados de nuestra libertad como presos? Eso me ayudó a entender que el Estado debe de responder por la libertad del paciente. Porque nunca nos dijeron: Ustedes son pacientes que están con tratamiento, salgan a estudiar, salgan a trabajar. No hubo esa libertad, sobre todo antes. Los que trabajamos aquí es porque somos muy valientes. No teníamos siquiera permiso para estudiar. Eso me enerva tanto hasta ahora. Es que no querían darnos el espacio para que como pacientes nos diéramos cuenta de lo que estaba pasando, querían que siguiéramos siendo bobitos, ingenuos. Es decir, que no nos preparáramos porque íbamos a darnos cuenta de lo que estaba pasando.