Denunciamos asimismo las muertes constantes de palestin_s a manos de elementos israelíes. En los últimos meses, tras el ascenso del actual gobierno en Israel (soberbio e ideológicamente obcecado), la profundización de la larga ocupación de Cisjordania y Jerusalén oriental ha intensificado su asedio de los civiles palestinos, sin olvidar las condiciones que han hecho de Gaza una cárcel a cielo abierto. Colonos judíos, protegidos por las fuerzas de seguridad, han atacado pueblos palestinos, violentado a sus habitantes, y atentado contra sus bienes y sus tierras. También se han registrado acciones de fundamentalistas judíos que buscan modificar el status quo (aprobado por Israel en 1967) en el MonteDelTemploExplanadaDeLasMezquitas de Jerusalén. Solo en 2023 han sido ultimados multitud de palestinos, a los que ahora hay que sumar también los muertos civiles y milicianos (además de los cuantiosos daños materiales) causados por la respuesta israelí al ataque de Hamás, que recién comenzaría… El desplazamiento de palestinos por los asentamientos judíos en Cisjordania y Jerusalén oriental también es un crimen de guerra injustificable.
Allende los grandes tableros geopolíticos, en que la población civil es regularmente sacrificada, la intención de resolver el conflicto árabe-israelí a través de los Acuerdos de Abraham, relegando a un segundo plano la cuestión palestina, es una quimera. La reciente aproximación entre Israel y Arabia Saudita –activamente rechazada por Irán– en nada cambiará esa realidad. No hay posibilidad de paz y seguridad en la región si no se atienden las demandas de autodeterminación del pueblo palestino.
Afirmamos el derecho de todos los habitantes de la región a una vida pacífica y digna. El actual escenario –funesto, amenazante– es el resultado de muchos años de administrar y manipular el conflicto en vez de resolverlo, así como de promover posiciones fundamentalistas y supremacistas de diverso cuño. Reconocer que la relación conflictiva entre israelíes y palestinos se da en el contexto de una asimetría estructural no impide pronunciarse contra la violencia y el belicismo bajo cualesquiera de sus signos y formas; tampoco impide solidarizarse con todas sus víctimas.
Ante la grave situación en IsraelPalestina, reprobamos las expresiones de odio dirigidas en distintas direcciones –antisemitas, islamófobas, arabófobas– así como los juicios precipitados, la omisión de antecedentes y la confusión de conceptos. Exhortamos a la reflexión y la escucha rigurosa de las narrativas asociadas con las distintas posturas. Circunstancias como las actuales nos exigen mayores, no menores, niveles de crítica y autocrítica. Persistamos en las iniciativas existentes que cotidianamente construyen la paz entre las partes. Una paz viable y justa, que reconozca e impulse los derechos ciudadanos para una vida digna de tod_s l_s habitantes de la región. Sin excepciones.