Ła mujer sólo puede escribirse tachando Ła. No hay Ła mujer, artículo definido para designar el universal. No hay Ła mujer puesto que […] ella no toda es.
Jacques Lacan. Seminario 20: Aun.
[L]a escritura excribe el sentido tanto como inscribe significaciones.
Jean-Luc Nancy. Un pensamiento finito.
Escribiendo, leyendo, escribo la cosa misma —la existencia, lo real— que no está sino excrita, y de la que este estar solo constituye el objetivo [enjeu] de la inscripción.
Jean-Luc Nancy. Un pensamiento finito.
“[U]n discurso”, dice Lacan el 13 de marzo de 1973, “es lo que determina una forma de vínculo social”. Lo hace durante su Seminario Aún, dedicado a pensar el lugar que ocupa “Ła mujer (que no-toda es)” en el falogocentrismo hegemónico de la cultura, más allá del cuerpo y la singularidad histórica de las mujeres. Se refiere a los conocidos Cuatro discursos propuestos por el psicoanalista francés: del Amo, de la Universidad, de la Histérica y del Analista—, que trae a colación para dar cuenta, entre otras cosas, de la función de lo escrito en el campo de la articulación social, del lazo “entre los que hablan”; así como también del psicoanálisis, en cuanto práctica de lectura: “La letra es algo que se lee”, afirma en una clase anterior del mismo seminario, el 9 de enero de 1973. Para Lacan, lo escrito produce discurso. Sin embargo, no es lo que se escucha; toda vez que no habría equivalencia entre el significante y el significado, como identifica en el “saber jugar con la escritura” de James Joyce, a quien volverá en otras partes de su enseñanza: ”¿Qué ocurre en Joyce? Que el significante viene a rellenar como picadillo al significado”.
Ahora bien, aunque en efecto Ła literatura (que no-toda es) produce lazo —entre pasados, presentes y futuros, entre habitares y territorios, entre deseos, fantasmas y fantasías, entre significantes y cuerpos, entre lenguajes y revueltas, entre el nos-otros difuso del común que, pese a todo, somos—, más que interrogarnos acerca de si pudiera ser concebida como un discurso, podemos asumirla como “una práctica de la letra”, según apunta asimismo Lacan, en su ”Homenaje a Marguerite Duras por el arrobamiento de Lol V. Stein”. Una práctica que anticipa por vías distintas lo que el psicoanálisis pretende desentrañar: la articulación subjetiva, deseante, de un viviente atravesado por la pulsión, en la angustia de su “encuentro” con el objeto, cuya característica es faltar: “Esto es precisamente lo que reconozco en el arrobamiento de Lol V. Stein, en el que Marguerite Duras revela saber sin mí lo que yo enseño”. Porque, siendo inscripción —huella, trazo, letra—, tal literatura que no-toda es —incompleta, fragmentaria, heterogénea, plural, expansiva, agujereada por el afecto, portadora de un goce otro (Lacan)… suplementaria (Preciado)— tiene la peculiaridad de decir, de maneras siempre punzantes, eso singular que los discursos del saber y de la ley no logran. Muy cercana a cierto “afuera” del lenguaje que se resiste a ser simbolizado es, al mismo tiempo, ex-critura —exceso, excedente y resto: exterioridad, “sentir” del sentido, que roza lo Real y toca el cuerpo, expresión de un lugar vacío (Nancy).
De cara a esta reflexión, leer y pro-ducir literatura (escribir y excribir) son las dos dimensiones del problema que nos ocupa en el área de Łiteratura, (pos)críticamente orientada —aún y más allá de la crítica—, en el marco posuniversitario de 17, Instituto de Estudios Críticos. Por una parte, leerla, más en términos de archivo que de biblioteca (Raúl Antelo), ya que no parecería pertinente “saberlo todo” respecto de su presencia a lo largo de cierta Historia Cultural de Occidente (que no es la única), sino atender a esa especie de “saber hacer” con el no-todo de las supervivencias, que ella despliega en sus formulaciones. Por otra, pro-ducirla, tramar su comparecencia: explorar su potencia, allí donde se manifiesta la doble apertura al Real de su presente de enunciación, y de las elaboraciones que sostiene frente al despliegue de los significantes desparramados en sus páginas. En consecuencia, hemos diseñado dos Certificados paralelos y mutuamente convergentes —de hecho, podrían cursarse de manera simultánea, con otras combinatorias posibles—, que condensan nuestra apuesta conceptual y formativa en Łiteratura. Por un lado, A-saltos, literatura revisitada, el certificado en estudios literarios, orientado a generar estrategias de análisis crítico y lectura arriesgada, de montaje y de mezcla, respecto del archivo de la memoria cultural que aún nos compromete. Por otro, Excribir hoy, el certificado en escritura literaria, en lo que de ella se manifiesta como un desbordamiento radical del sentido, una excritura. Ambos programas se desarrollarán a la par de una serie de Encuentros con escritor_s latinoamerican_s, cuyos detalles publicaremos en breve.