Blog de la Caravana

Łiteratura. Una propuesta de 17, Instituto de Estudios Críticos

El pasado martes 26 de marzo de 2024 conversamos con Berenice Camacho y Miguel Ángel Quemain, en Primer Movimiento, programa que ambos conducen en Radio UNAM, en torno a la relevancia que tiene la literatura en la concepción del proyecto mismo de 17, Instituto de Estudios Críticos, así como también acerca de la actual rearticulación del área de Łiteratura, de sus propuestas más recientes y de su participación en los posgrados de Teoría Crítica del Instituto. De este diálogo surgieron algunas reflexiones sobre las cuales volvemos aquí.

¿En qué sentido pensar la literatura comporta una reflexión sobre la escritura/excritura, en tanto inscripción del significante en la cultura y, al mismo tiempo, en cuanto vaciamiento, hendidura de lo Real en el trabajo con lo Simbólico y lo Imaginario? ¿En qué sentido, además, ella involucra, más allá de la Biblioteca, como ordenamiento patrimonial del canon, una revisión del archivo para trazar en él nuevos recorridos y relecturas críticas? ¿Cómo se anudan estas interrogantes acerca de la escritura/excritura y a propósito del archivo, en la concepción de la literatura que proponemos en 17, Instituto de Estudios Críticos, y en los procesos para nosotros indisociables de creación e investigación que corresponden a esa “práctica de la letra”, según la definiera el psicoanalista Jacques Lacan? ¿Cómo se redefine el acercamiento a esos procesos en el marco de un modelo de formación especializada y extensión que se concibe a sí mismo como posuniversitario?

 

Sin duda, el interés por lo escritural pulsa en las entrañas del proyecto de 17, Instituto de Estudios Críticos. De hecho, el intercambio escrito es el método que apuntala los procesos de formación de posgrado y extensión que hemos sostenido a lo largo del tiempo a través de la plataforma Moodle singularmente denominada “Máquina de escribir”. Desde esta perspectiva, y a diferencia de lo que sucede en otros espacios académicos más tradicionales, el conocimiento que transmitimos y promovemos, pionero en el uso de las tecnologías digitales, pasa por prestarle atención no solo al contenido, sino también a la forma en que este encuentra una expresión: una elaboración propia y pensada, cada vez. De esta manera, al tiempo en que se recorren lecturas y posiciones de la teoría y el pensamiento crítico, entre tutores y estudiantes se intercambian avances de escritura, lo cual abona a una conciencia del propio lugar de enunciación y de los alcances que pueda tener la emergencia de una enunciación asumida y responsable en el aprendizaje. Y, por esta razón, la literatura fue desde el inicio el campo que primero nombramos en la secuencia de las áreas de las que nos hemos ocupado crecientemente, y esto ha dado lugar a una serie de aventuras literarias que se han ido fortaleciendo a lo largo del tiempo.   

La recapitulación de esa historia apuntala la presente conceptualización del área de Łiteratura en 17, Instituto de Estudios Críticos, y su apuesta por activar toda una serie de asignaturas dentro de los posgrados en Teoría Crítica, que pertenecen al área literaria. De esta manera, un estudiante interesado en el área de literatura como tal podrá a partir de junio próximo cursar nuestros posgrados acentuando el campo literario, y haciéndose cargo muy centralmente de la literatura, en diálogo por supuesto con las otras áreas atendidas por nuestros programas sobre la base de esta infraestructura ya de por sí literaria y escritural. Más precisamente, nos hemos concentrado en lo que consideramos los dos procesos involucrados en esa práctica de la letra que llamamos Łiteratura: la lectura crítica de la tradición literaria, concebida más como archivo que como biblioteca; es decir, como acopio de textos, problemas y opciones estético-ideológicas susceptibles de ser revisitadas y recorridas de maneras siempre distintas, y sin el afán de monumentalización que suele acompañar la enseñanza de la literatura desde perspectivas más conservadoras. Por otra parte, nos interesa la escritura literaria como excritura; es decir, no sólo como inscripción de la experiencia en el registro Simbólico, sino también como horadamiento del Simbólico, apuesta por el Real (Lacan).

Tal horadamiento de el Simbólico, el subrayado de las fisuras, que linda con el destacado del registro  Real, de aquello que no puede ser articulado por el sujeto, este agujero negro que está en el centro de la escritura, del lenguaje, de la significación, está en el corazón del proyecto de 17, Instituto de Estudios Críticos, en la medida en que justamente el desafío que nos hemos planteado es el de diseñar y operar un marco de trabajo que, en vez de resistirse a ese agujero negro, pueda hablar con él, para decirlo con Almodóvar. Es decir, que en vez de resistirnos a esa negatividad constitutiva del lenguaje y de los asuntos humanos en su conjunto, podamos partir de él y no olvidarlo en cada una de las etapas de lo que hacemos. Esto es justamente lo que hemos destacado al definirnos como una posuniversidad. Y, por lo tanto, la resonancia que cobra esta propuesta en nuestro marco, históricamente y en el presente, es realmente enorme.

Por otra parte, sabemos que la Universidad y, más precisamente, las Humanidades y la Literatura dentro de la universidad, están quizá en el punto más alto de su crisis. Una crisis que supone su absorción por una lógica corporativa que recurre a la normalización de la escritura en el paperismo, y separa los procesos creativos de los procesos reflexivos y teóricos, como si los procesos creativos no fueran reflexivos y teóricos también. En este orden de ideas, se crean compartimentaciones estancas que hoy por hoy parecen ir en contradirección a la demanda de formación de la gente que realmente quiere escribir, pero a partir de una profundización en sus estrategias de análisis y de comprensión del mundo, y del campo de debate que atañe a lo literario. Nos diferenciamos de eso radicalmente toda vez que 17, Instituto de Estudios Críticos no se comporta como cualquier agencia privada de producción de contenidos. No es eso. Es una posuniversidad, que se funda precisamente en una revisión profunda de los principios que organizan el mundo académico, y que propone otras derivas y otras maneras de abordar la formación. Esta novedosa concepción de la posuniversidad merece y amerita la proposición de actividades y de conceptos que realmente puedan abonar a esta especie de doble dirección que es, por una parte, recuperar el acervo de 17, que es extenso y largo en el tiempo; y, por otra, de diseñar nuevas vías capaces de proyectar los saberes especializados hacia el futuro. Un futuro que tampoco tiene nada que ver con esos cursitos que hay en el mercado: “aprenda a redactar una novela policial en tres sesiones”, que son el otro extremo del mercado literario hoy.

La opción que hemos conceptualizado, a partir de una revisión de la noción de literatura, críticamente tocada por lo incompleto, heterogéneo y arriesgado de los procesos de lectura y escritura/excritura en el presente, pasa por el anudamiento entre dos certificados equivalentes: Excribir hoy, en curso, y Leer hoy: literatura, archivo y reescritura. Ambos certificados enmarcan la presencia de una serie de escritores y escritoras latinoamericanos relevantes en la escena contemporánea, que suplementariamente apuntalan la reflexión crítica y el ensayo de respuestas escriturales intensas y potentes: Encuentros de Łiteratura Latinoamericana. Estas actividades, en consecuencia, son una invitación a seguir elaborando los cruces entre creación e investigación, literatura y teoría, para, a partir de ahí entablar un diálogo fecundo capaz de imaginar nuevas formas de acción poiética en el mundo.