Sublevarse es un gesto. Una emoción que dice “yo”. Y lo poético y lo político un par indisoluble, como reza el título de la obra de Francys Ayls (Sometimes doing something political becomes poetic and sometimes doing something poetic becomes political). Quienes participan en esta mesa creen en la ruptura de los conformismos del lenguaje, la instauración del tiempo del ¡no!, insurrecto, desafiante, portador de esa corriente de libertad que empuja al lugar que con coraje resiste la violencia de las exclusiones. Nunca estamos menos solos que en esa zona de riesgo donde caen las imposturas.