La colección editorial “Lecturas éxtimas” de la Fundación Medifé circula un nuevo volumen con dos ensayos que articulan el discurso del psicoanálisis con la lengua y la literatura: “Nuestro no saber de dónde viene la lengua” de Jessica Bekerman (psicoanalista y colaboradora de 17, Instituto de Estudios Críticos) e “Hijos del instante (entre Breton y Winnicott: el gesto espontáneo)” de Daniel Ripesi. Ambos autores cuentan con el mérito de haber sido distinguidos recientemente por la Fundación Proyecto al Sur con el Premio Lucian Freud. El libro puede ser accedido gratuitamente aquí.
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Revista Fractal
¿Qué significa afirmar hoy en día que la modernidad se halla en crisis? En rigor significa la reiteración de una antigua ecuación. Desde el siglo XIX, modernidad y crisis han sido la cara y la cruz de una sola moneda: el vértigo y la pasión por el cambio. La historia de los modernos es la historia de la refutación permanente de sí mismos. Sísifo y Hermes a un mismo tiempo: la modernidad acabó revelándose como una criatura que se devora cíclicamente para renacer de los vestigios de su negación. Conjeturar, por el contrario, como alguna vez lo hizo Jorge Luis Borges en su exégesis sobre el tiempo, que los modernos han perdido razón de ser, implica decir algo más profundo.
La política, producción de afectos
Debemos tener siempre en mente que formas de vida determinadas se fundamentan en afectos específicos. Es decir, ellas necesitan de tales afectos para continuar repitiéndose, para imponer sus modos de ordenación definiendo, con ello, el campo de los posibles. Hay una adhesión social construida a través de las afecciones. En ese sentido, cuando las sociedades se transforman, se abren a la producción de formas singulares de vida y los afectos empiezan a circular de otra manera, a agenciarse y a producir otros objetos y efectos. Una sociedad que colapsa implica también la desaparición de sentimientos y el nacimiento de afectos inauditos; por eso, al colapsar, lleva consigo a los sujetos que ella misma creó para reproducir sentimientos y sufrimientos. Con base en ello, podemos pensar en perspectivas críticas que busquen analizar los circuitos de afectos producidos por formas de vida específicas. Esto tal vez nos ayudará a comprender por qué ciertas formas de vida demuestran su resiliencia incluso en situaciones en las que parecen no responder más a los criterios normativos en los que ellas mismas aparentemente se fundamentaban. El circuito de los afectos nos permitirá comprender tanto la naturaleza de los comportamientos sociales, como la incidencia en las regresiones políticas. También desvela cómo las normatividades sociales se fundamentan en fantasías capaces de reactualizar continuamente los mismos afectos en situaciones materialmente diversas. Celebramos nuestra coedición, con la editorial de la Universidad San Buenaventura de Cali, del libro de Vladimir Safatle, El circuito de los afectos. Cuerpos políticos, desamparo y fin del individuo, en la traducción de Juan David Millán Mendoza. En seguida, un adelanto.
Almodóvar y el trauma
La memoria, sus restos dañinos y su potencial transformador en el presente. Son estos aspectos que ocupan al célebre cineasta español, cuyo filme autobiográfico Dolor y gloria tanto se comenta hoy. Para acompañar la circulación creciente del libro de Julián Gutiérrez Albilla, Aesthetics, Ethics and Trauma in the Cinema of Pedro Almodóvar (Edinburgh University Press, 2017), compartimos su ensayo “Estética, ética y trauma en el cine de Pedro Almodóvar”, como acercamiento en español al libro, así como la respuesta al mismo volumen ofrecida por Camila Moreiras, bajo el título «Lo Matricial —Severalities—».
Releer a Paul Celan
Los poemas de este ciclo fueron acompañados de ocho grabados de Gisèle Celan-Lestrange; ese mismo otoño, la pareja decidió separarse. Los graves conflictos que vivían a causa de las crisis psíquicas del poeta hacían muy difícil una vida en común. En estos poemas, Celan reafirma su preferencia por una pareja que nunca le fallará: su alter ego, al que llama Tú. Para manifestar su oposición a las lecturas materialistas de Peter Szondi, Hans-Georg Gadamer comentó poema a poema, en un volumen que hasta ahora era de obligada referencia académica: ¿Quién soy yo y quién eres tú? (Herder, 1999). Ahora el lector dispone de los comentarios que el filólogo francés Jean Bollack (amigo de Szondi y de Celan) escribió para replicar a la hermenéutica gadameriana. Bollack despliega aquí su hallazgo. El poeta se ha escindido en dos instancias: el yo, o sujeto histórico, y el tú, o sujeto lírico. El lector se encuentra ante el diálogo irónico que entablan estos dos pronombres esenciales. Y Arnau Pons complementa el desciframiento cuestionando a su vez las interpretaciones supuestamente críticas que han surgido en el ámbito universitario, aportando su punto de vista. Leer es también subvertir.