Helena Maldonado escribe para el Portal Diecisiete una reseña sobre el libro De cuando Marx importunó a Lacan, de Fernando Barrios y Sandra Filippini. Acompañamos el artículo con el primer capítulo de la publicación, cortesía de la editorial EPEELE.
Contenidos patrocinados
Helena Maldonado escribe para el Portal Diecisiete una reseña sobre el libro De cuando Marx importunó a Lacan, de Fernando Barrios y Sandra Filippini. Acompañamos el artículo con el primer capítulo de la publicación, cortesía de la editorial EPEELE.
Protagonista de la investigación del artista visual Cristiano Berti es Antonio Boggiano (Savona, 1778 – Trinidad de Cuba, 1860), un pudiente comerciante italiano que vivió en Cuba en la primera mitad del siglo XIX, que allí se hizo de un cafetal. Y de esclavos. Según el derecho consuetudinario vigente en las colonias españolas, los esclavos recibían sin más el apellido del amo, y de éste podía obtenerse la libertad, comprándola. Descubrimos así, gracias a la investigación de Berti, que los muchos cubanos que hoy llevan el apellido Boggiano no sólo son los descendientes de las esclavas y de los esclavos de este antiguo emigrante, sino de aquellos otros que pudieron adquirir su libertad.
Aquí un capítulo de la edición española de libro de artista Eredi Boggiano, de Cristiano Berti, publicado por la editorial Quodlibet, así como el epílogo de la obra, en que el Berti conversa con el crítico y curador jamaiquino Seth Rodney. El interés de este trabajo es al menos doble: allende la vida de Antonio Boggiano en ese entorno colonial, cabe subrayar el abordaje artístico de los pliegues históricos propuesto por Berti. Fruto de cinco años de investigación, el volumen forma parte de un proyecto más amplio titulado “Ciclos fútiles”, una serie de obras en las que Berti une la investigación archivística y artística. Con este segundo episodio de «Ciclos fútiles», Berti vuelve a observar las sorprendentes conexiones entre la cultura cubana y la italiana, ya protagonistas de su anterior libro “Gaggini. Le Alpi e il Tropico del Cancro” (Quodlibet, 2017), centrado en la obra del escultor genovés Giuseppe Gaggini para la ciudad de La Habana. Sobre este libro anterior publicamos una conversación con Raffaele Gavarro.
Con una respiración que toma sus modos de la extensión del desierto, La Matanza consiste en un solo párrafo que se sostiene en todo el volumen a lo largo de más de 100 páginas. Mario Bellatin peregrina, y en su andar ejercita, acompañado por un perro saluki, una escritura que es movimiento permanente. La Matanza cierra la Trinidad Musulmana publicada en bloque por Ediciones Chinatown, escoltada, a su derecha, por la Variación #1 de Mis Nuevas Escrituras y, a la izquierda, por Retrato de Mussolini con familia. Cierra la Trinidad, pero abre de un tajo el siglo XXIII antes y después de Isa. Y de ese tajo brota, como agua de manantial, la Beatitud y el Desborde. Porque el copista no escribe libros, y mucho menos literatura, sino que fabrica, amanuense revirado por lo líquido, oasis con aguas del Leteo. Agua densa, fantasmal, de verdad. Como la arena que pisan los camellos.
La poesía de Eduardo Kingman Garcés ha sido compuesta a lo largo de mucho tiempo, en medio de su trabajo como historiador, sin un programa fijo, de manera desordenada y secreta, pero con persistencia. Siendo así, la editorial Festina Lente presenta en La belleza del mundo una primera selección de esos textos que contienen reflexiones sobre diversos lenguajes: el de los objetos, el de las imágenes, los de la memoria y la Historia, las instituciones y los que pone en cuestión; así como el lenguaje de la poesía, la conversación y la mirada interior. Estos lenguajes aparecen, dialogan, se asientan, se abandonan, se escuchan nuevamente o pierden su rumbo, haciendo de este volumen una sencilla y, al mismo tiempo, profunda declaración de amor.
¿Qué significa que alguien diga que puede ver espíritus, santos, ángeles o demonios? La pregunta tiene implicaciones éticas y políticas desde que se trata de si podemos dejarnos atravesar (intelectual y afectivamente) por las aseveraciones de nuestros sujetos de estudio que más nos alejan de nosotros mismos. A este libro le interesa, más allá de reivindicar que la visión religiosa es real para quien la vive, interrogarse por cómo lo real llega a serlo. En un recorrido que conjuga la filosofía, la antropología, la historia y que dialoga con la teoría poscolonial y feminista, prestar atención a los indicios visionarios es relevante para hacernos preguntas, profundamente inquietantes, en torno a la percepción, la autonomía, la agencia, la creencia, el cuerpo, el género o la crítica.