A partir de una serie de leyes que criminalizan la acción de los pixadores en la ciudad de São Paulo, Brasil, y que arrojan sus prácticas a un “afuera” de la narrativa nacional que resalta como valor excluyente la racionalidad moderna, “Marcar la ciudad: El pixo y los desbordes narrativos del Estado-nación” de Iván Peñoñori traza cruces significantes que dan cuenta de un campo en disputa en el cual se expresan las contestaciones y negociaciones por el espacio público y la construcción memorística e identitaria de las comunidades periféricas de la ciudad. Peñoñori hace un análisis transdisciplinario para interpelar procesos problemáticos y contradictorios que pretendieron pensar estas manifestaciones como “desviaciones” o “desórdenes” de la idea de democracia racial en armonía y sin fisuras. La pixação ejerce borraduras y desbordes en las narrativas hegemónicas de la nación, lo que da cuenta de un espacio heterogéneo, antagónico e irreconciliable.
El viaje de Makina
“El viaje de Makina: identidades que se diluyen, lenguas maleables que surgen” de Luis Escamilla Frías sigue el viaje de Makina, protagonista de la novela Señales que precederán al fin del mundo de Yuri Herrera. Se trata de un viaje doble: en primer lugar, de México a los Estados Unidos, y en segundo, al mítico Mictlán nahua. La protagonista, un personaje en constante tránsito geográfico y lingüístico —señala Frías—, pone en cuestión las concepciones del espacio, las fronteras entre las lenguas y las rigideces identitarias. Al asumir a Makina como un puro devenir, el texto plantea un proceso de cambio permanente en las subjetividades de los sujetos migrantes.
Participación extrema
Muchos de los proyectos en espacio público de Superflex —o en su propia terminología, herramientas— se rigen por el concepto de “participación extrema”: un mecanismo de toma de decisiones colectiva que apunta a reconocer las tensiones de una comunidad heterogénea y diversa, pero sin situarlas artificialmente al mismo nivel. De esta manera, proyectos como Superkilen y The Bank interfieren en el espacio común para encender el debate de cómo puede y quiere relacionarse una comunidad con los elementos que construyen identidades y correlaciones.
Los mapas invisibles del lugar
Una serie de intervenciones en el espacio público, parte de la idea de que la identidad está, de alguna manera, determinada por el territorio. La artista Carme Nogueira se pregunta cómo pueden los habitantes ir más allá, mostrar todas las contradicciones y dibujar aquello que configura “los mapas invisibles del lugar”. El proyecto explora formas de lectura del lugar que incluyan otras perspectivas, que entiendan el lugar como algo no fijo, sino múltiple. Con base en esta premisa, Nogueira propone una serie de intervenciones mediante “objetos de interpretación espacial”, cuya finalidad es generar una relación, traducir o, por lo menos, acercarse a aquello que no es visible.
Aquí hay un portaviandas
En su acepción más natural, el exiliado es un sujeto que ha sido desarraigado, expulsado de su tierra, de su lugar de origen. La propuesta de José Hamra es despolitizar el hecho del exilio. Una forma de hacerlo es abordar el exilio desde el Lenguaje/lengua(s) como una forma de simbolización. Así, Hamra busca recuperar (como replanteamiento) el significado de exilio como espacio —el espacio exiliar— donde se construye un lugar y, por ende, una subjetividad. En este sentido, la discusión versa sobre las distintas formas de estar en el exilio: a veces se vive como exiliado, a veces se habita como ser exiliante. El texto se dispone a recuperar una memoria silenciada pero transmitida a través y alrededor de un vestigio: un portaviandas que trae inscrito los exilios de otros.